Escribí este artículo se divide en tres partes, esta es la tercera. Puedes leer la primera parte acá y la segunda parte acá
Los dos artículos anteriores fueron la antesala a la respuesta de la pregunta ¿Cómo escoger un mentor o un coach? Esta pregunta que me han hecho muchas personas que, entendiendo la importancia de hacerse de un mentor que los guíe o un coach que les ayude a ser mejores, han decidido equivocarse menos, siguiendo las pistas que dejaron otros que ya pagaron el precio del éxito.
Vemos que cada son más las personas que orientan a otras y en muchas más áreas, cada vez más específicas y para fines y objetivos técnicos más acotados. Este cuadro en alguna medida representa algún tipo de complicación de la existencia de los actores más importantes de la escena: el cliente final.
Me refiero al “mentoreado” y al “coachee”. (Un poco de vocabulario técnico: coachee es quien recibe el coaching). La persona que recibe las instrucciones o coaching es el actor más relevante de la industria.
Al ver un mercado creciente, crece lo bueno y lo malo del mismo. Y es de exclusiva responsabilidad del usuario final la depuración de la información y o el servicio que va a contratar. Por ello el hecho de cómo escoger un mentor o coach, se vuelve una tarea que requiere cuidado y dedicación a investigar y escoger entre tanto profesional y no profesional.
¡Cuidado! Hoy cualquier se dice “coach” o “mentor”, o “trainer”, etc. Existen muchos nombres y mientras más difícil de pronunciar, más expectación causa el título.
Pero… te dejo un par de puntos clave para escoger un tutor, ya sea un mentor, o un coach.
Cuando veas a un mentor que se hace publicidad como “Mentor” o “maestro”, mala señal. Es la persona quien escoge a su mentor de vida o su maestro, debido al comportamiento íntegro natural del mentor. Esto tiene que ver con la “INTEGRIDAD” del maestro. Ser correcto, no significa ser íntegro.
Es decir, haber superado los procesos y situaciones difíciles en las cuales tú necesitas ayuda. Debe ser un modelo a seguir del cual desborde la sabiduría.
Por ahí pensamos que la mejor opción se encuentra dentro de las personas que nos conocen más. Pero la realidad es que esto nos puede jugar en contra sin saberlo. La imparcialidad es uno de los factores más importantes y determinantes en el éxito de una mentoría. Mientras menos conozca la intimidad de tu vida, mejor.
El beneficio de este punto, es que la relación entre el mentor y tú, se irá fortaleciendo a partir de la necesidad de intervención del maestro en tu vida. Es un lazo completamente nuevo donde lo medular es la sinceridad y el sentido sujeción.
Puedes comprobar esto pidiendo recomendaciones, mirando sus contenidos en redes sociales o en algún canal de YouTube. Esto es relativamente fácil.
Como lo mencionaba antes, hoy cualquiera se dice coach porque leyó un libro o asistió a una charla motivacional o porque vio un seminario por internet. No dudo de su intención, pero no tienen las herramientas profesionales ni la metodología para que sus intervenciones sean eficaces.
Aunque, sí existen personas que, a lo largo de su experiencia, pueden darte la plena confianza de que su trabajo es profesional, aunque no hayan estudiado en un programa coach.
Pregúntale qué le llevó a decidir hacerse coach y qué experiencia lo marcó en su vida. Así como los mejores descubridores de curas para enfermedades terminales lo son porque vivieron experiencias traumáticas o porque un ser querido sufrió esa enfermedad, ellos se determinaron a ayudarles y su motivación nace desde el interior más entrañable de su ser.
Averigua el trasfondo de por qué son coach; esto se lo puedes preguntar directamente al coach y… cuando hay preguntas tan intimas, nadie puede mentir.
En fin… cuando encuentres al profesional que buscas, lo sabrás. Es como una unión interna.