Escribí este artículo se divide en tres partes, esta es la segunda. Puedes leer la primera parte acá.
Es la pregunta que sigue, luego de entender cómo un tutor puede ayudarme en mi emprendimiento, (Primera parte), ahora debemos definir el tipo de tutor que necesitamos.
Primero comentar que debemos cambiar nuestro paradigma de “autosuficiencia” para mejorar. Además, debemos reconocer que no solo nosotros debemos desarrollarnos y crecer; quizá lo requiera también mi negocio, o mi equipo.
Todo esto para mejorar cualquier nivel de mi empresa o negocio, principalmente la creación y fidelización de mis clientes. Por ello, debemos comprender que el beneficio de contar con la guía de un mentor o el sostén de un coach, no es únicamente para mí.
Recuerda que mientras más y mejor me desarrolle yo, más crecerá y se desarrollará todo lo que yo lleve a cabo. Cito una vez más (cite la misma frase en otro artículo): La riqueza más importante no es el dinero, sino en quien te vas convirtiendo para conseguirlo.
¿Qué hace y para qué me sirve un mentor? ¿Qué es y qué hace un coach… y ¿para qué me sirve tener uno?, ¿Mentor o Coach?
La labor principal de un mentor es guiar, aconsejar y mostrar los errores de la persona. El mentor es un maestro admirado y seguido, voluntariamente, por alguien. Es decir, un buen mentor es un modelo a seguir, es quien puede ayudarme a resolver conflictos en cualquier área de mi vida, incluso en los negocios.
Te pongo como ejemplo la cultura asiática: Hay restaurantes chinos en todos los barrios de nuestra ciudad. Estas son empresas familiares elevadas al cubo: cuando inician un negocio de comida china, reducen los costos de administración y atención al cliente al máximo, ya que cada miembro de la familia asume un rol dentro del negocio. Por eso vemos en estos restaurantes a toda la familia trabajando, desde pequeños.
Pasados unos 5 años, ellos no se gastan el dinero de utilidades, sino que se expanden y abren otro restaurante. Buscan un lugar cerca del primer local, barato, y envían al hijo mayor para que se haga cargo del nuevo negocio.
Luego de otros 5 años, abren otro y envían al hijo que continúa y repiten el ejercicio.
Ahora: para que los negocios tengan éxito ocurren tres cosas muy importantes. 1 Ellos no se gastan en lujos sus ganancias, sino que las vuelven a invertir. 2 Los negocios para ellos son un proyecto de vida. No esperan ser ricos al cabo de 3 años. Y 3 El padre de familia se convierte en el MENTOR de los hijos que abren nuevos negocios.
El padre de familia tiene la experiencia del primer negocio, de sus ventajas y desventajas, etc. Él sabe dónde comprar más barato, sabe cómo reducir costos y tiene la experticia, es decir, el olfato para identificar si el negocio tiene proyección o no. Por eso los nuevos locales los abren cerca del primer negocio. El padre/mentor aconseja, guía, muchas veces obliga a tomar decisiones que la persona no quiere tomar, pero que solo el maestro sabe que es correcto.
Es extraordinario el lazo que se forma entre padre e hijo, tal como el mentor y discípulo. Adivina que harán estos hijos con sus hijos.
El mentor tiene la facultad para mejorar la vida completa de su discípulo, en toda área, llevándote a lo sublime de tu versión.
¿Entonces, es necesario un mentor? Para quien quiere llegar muy lejos, ¡SI!
Primero debo contarte que el coaching es una disciplina, relativamente nueva, que buscan en lo profundo de la persona las mejores opciones frente a una situación puntual.
El coach, a diferencia de un mentor, no guía, ni aconseja, ni siquiera sugiere. La labor de un coach es trabajar los paradigmas y creencias habituales que rigen las conductas de los seres humanos, muy respetuosamente el coach se introduce en el interior de la persona para revelarle a la misma, su condición actual y hacerle ver las posibilidades de acción bajo compromisos adquiridos, la manera de mejorar su vida o el área que se esté trabajando.
El método que utiliza el coaching para conseguir sus objetivos, básicamente, es usar preguntas poderosas y muy bien proyectadas.
El coach no aconseja, ya que cada persona es diferente de cualquier otra. El coach cumple la única, pero fundamental función de “observador” de la persona, mostrándole las opciones reales que no ve estando solo. La decisión la toma el coachee (la persona) y no el coach.
¿Por qué el coach trata lo interno? Porque hoy en día conocemos, por los descubrimientos de la biología y la metafísica, que las conductas y acciones del ser humano son determinadas por paradigmas, creencias, ideales… en definitiva, por pensamientos y sentimientos.
¿Por qué podemos decir que una persona es tímida? Porque, por ejemplo, vemos que siente temor o miedo a hablar en público. Ahora, el miedo que esta persona siente, únicamente está en su mente. Por esta razón el coaching propone herramientas tan poderosas de tratamiento interno y no externo.
Hoy vemos cómo cada vez son más las personas que buscan un buen coach que les ayude a cambiar o un mentor que mejore sus vidas.
Ahora, te hago una pregunta: ¿Qué tienen en común el presidente de la República, un deportista de elite, un millonario y un gerente de alto rendimiento?
Efectivamente… un Mentor y un Coach.