Escribí este artículo se divide en tres partes, esta es la primera.
Surgen muchas preguntas, cuestionamientos, pensamientos, ideas, opciones, etc. En muchas ocasiones el emprendedor pierde el foco de su actividad clave y se sumerge irracionalmente en la búsqueda de la identidad de su negocio, perdiendo la esencia de lo que, en primeros momentos, fueron su pasión. Entonces, ¿cómo hacer para evitar perder el enfoque en mi negocio?, ¿cómo puedo ser, realmente eficaz con las tareas diarias para que mi emprendimiento crezca?, ¿cómo puedo desarrollarme personalmente lidiando con la demanda de mi proyecto?, ¿Cuáles son las mejores decisiones para la vida que llevo?
Sé que puedes sumar otras preguntas que te has hecho en algún momento. Estas y muchas otras interrogantes rondan nuestras mentes. Esta situación puede surgir debido a la actitud del emprendedor… El emprendedor siempre busca cosas nuevas, incluso hasta nos complicamos la vida por culpa de nuestro ímpetu y pasión de hacer, de inventar, de siempre estar creando soluciones y buscando oportunidades.
Estas preguntas no solo plantean su gramática naturaleza, sino que derivan a situaciones reales, las cuales pueden encubar estados emocionales que no deseamos racionalmente, pero que, si no se intervienen a tiempo, traerán caos a la mente del emprendedor. Los estados emocionales son tan poderosos que tienen la facultad de estimular decisiones importantes y conductas de comportamiento… pero eso es otro tema.
Lo cierto es que estas situaciones pueden ser corregidas a través de la decisión de buscar un mentor o coach.
En una de mis charlas, compartí con un amigo el cual también es coach y puso un ejemplo muy ilustrativo, él preguntó a la audiencia: ¿Cuántos ojos tienen?, Dos! Contestamos todos. Luego hizo otra pregunta con mayor intensión de descubrir su punto de vista: ¿Y hacia dónde miran estos dos ojos… hacia atrás o únicamente hacia adelante? Naturalmente, el salón quedó en silencio porque con interesante ansia, entendimos hacia dónde quería llegar. Él continuó: Acaso, ¿no sería mejor contar con los ojos de otra persona que me ayudara a ampliar mi visión en 360°? De esta manera me conduciría mejor en la vida, sabría lo que tengo a mis espaldas, me llenaría de posibilidades.
Al fin y al cabo la vida se trata de eso… de posibilidades. A quien mejor le va, no es porque ha tenido mejores posibilidades solamente, sino una cantidad mayor de estas. Primero no se trata de la calidad de la posibilidad, sino de la cantidad. A quienes mejor les va, es porque han descubierto que pueden optar a mayor cantidad de posibilidades que el resto y luego desarrollan la experticia para escoger o apostar por la mejor posibilidad.
Con una mayor visión, podré ver más allá de lo que acostumbro a ver. Esto únicamente se logra sumando ojos. La importancia de un mentor o un coach tiene que ver con la eficacia con la cual me estoy desarrollando, con los recursos que estoy ocupando y con las decisiones que estoy tomando. Cuán importante es dejarse asesorar, es más, dejarse enseñar o dejarse guiar por otro. Pero también es una de las cosas más difíciles del mundo.
Un tutor entrará en tu vida de manera muy respetuosa con el fin de ayudarte en las falencias que él vea en ti o en tu negocio. La finalidad de un mentor o coach es mejorar lo tú ya eres. Por eso no se trata de “niveles establecidos”. Alguien puede decir “ya lo tengo todo y lo alcancé todo”. Lo cierto es que siempre se puede mejorar. La labor de un mentor o un coach siempre será sacar la mejor versión de lo que ya eres en el área que esté trabajando.
El problema es que nuestra cultura humana no está acostumbrada a seguir órdenes de otras personas o a pedir consejos. Fíjate en una familia común cuando van en su auto a un lugar por primera vez y se pierden o simplemente no encuentran la dirección. El padre de familia nunca querrá pedir indicaciones a alguien más porque para él es como “rendirse”.
Y justamente de eso se trata la vida: de rendirse. El ser humano no fue hecho para estar solo, nos necesitamos unos a otros. Así se construyen las naciones y los imperios, con personas, con apoyo y confianza, con acuerdos y desacuerdos, con valores y ética.
Un mentor o coach, dependiendo que quieras lograr, vendrá a mejorar tu vida y por lo general, ahorrarás muchísimo tiempo y dinero, pues la cualidad que debe tener un tutor es haber vivido lo que tú estás comenzando a vivir, debe tener experiencia en el campo que necesites mejorar. Él te va a mostrar un mundo nuevo de posibilidades que, estando solo, nunca te ibas a dar cuenta de que existían.
Mi recomendación es, siempre buscar ayuda… siempre hay alguien que ya hizo lo que estás haciendo o ya vivió lo que estás viviendo. Alguien ya pagó el precio por lo que tú vas a comenzar a luchar. Hay que aprovechar las pistas que ellos dejaron, hay que seguir el camino que ellos recorrieron para llegar al éxito.
Muchas veces un mentor puede ir a ti a escucharte solamente. Créeme que esa es una gran ayuda.
Uno de los principios de liderazgo de Joseph White es que seas quien seas y tengas la posición que tengas, o ganes el dinero que ganes, siempre debes tener alguien a quien rendirle cuentas, a quien contarle tu día y a quien pedirle consejos. Este mentor traspasará su experiencia en ti, te corregirá y te aconsejará con tal visión como si lo estuviera haciendo consigo mismo.
Aquellas personas que opinan ya saberlo todo y que no necesitan de nadie más, lamentablemente irán quedando solos, autoalejados de la sociedad que tanto necesitan. El problema es que no ven cuál es el problema porque están delante del problema y la única manera de mejorar es que alguien más les diga que el problema está a sus espaldas.
Recuerda el proverbio chino “si quieres ir rápido, camina solo, pero si quieres llegar lejos, ve acompañado”